Descripción
Siempre recordaré la cara de mi madre cuando mi hermano y yo le hicimos un regalo de abuela:
un cojín de tejido raso brillante de poliéster 100% personalizado con la cara de cada nieto, en cada una de las caras del cojín.
Fue un regalo apoteósico que a día de hoy (los nietos tienen ya pasados los 18 años) todavía adorna su sofá y ella
cada vez que los echa de menos, los llama desde el teléfono fijo con su mirada en la cara del cojín
de quien está hablando mientras sonríe amablemente,recordando la niñez de sus pequeños.
Es una experiencia que recomiendo a cualquiera que quiera dejar una huella imborrable en un ser querido y
se pueden lavar en lavadora, a pesar de las protestas de la abuela por si se estropeaba la foto de sus nietos.
Además el relleno esponjoso y ligero viene incluido y no te tienes que molestar en comprarlo tú por tu cuenta.
¡Le va a encantar!